octubre 19, 2005

La fuerza de la visión

No hay nada más potente que una clara visión del futuro.
Si hay algo que distingue a los líderes es justamente la claridad de metas, el saber adónde ir, aunque no siempre esté definido el cómo.

El cómo llegar es siempre posterior a la visión, pero con frecuencia, más de la recomendable, el hacer diario en las empresas consigue que se desdibuje el horizonte, la visión. Es decir lo deseado, lo que se busca con pasión y convicción, porque sin estas dos condiciones difícilmente se consiga llegar, y finalmente la supuesta visión queda en poco más que una expresión de deseos.

La historia de los emprendedores exitosos demuestra una y otra vez que fue la visión el motor de sus logros, por supuesto no lo único, pero si condición indispensable.
Quienes tienen visión, tienen proyectos. Quienes tienen proyectos están expuestos a perder batallas, porque, claro, la mejor forma de no equivocarse es no hacer nada. El emprendedor lo sabe y asume el riesgo, pero es aquí donde surge una pregunta: ¿el proyecto es temerario o es valiente?; lo mismo podríamos decir de aquellos que lo lideran. Ser valiente significa no sólo asumir, sino también conocer cuáles son los riesgos; mientras que ser temerario es como lanzarse al vacío sin paracaídas.

El tratado más antiguo que se conoce sobre estrategia de guerra es el de un general chino llamado Sun Tzu. Escrito hace más de 2.500 años, hoy es fuente de inspiración para una gran parte del mundo empresarial occidental. ¿Y por que traemos esto a colación?. Porque un proyecto valiente sin estrategia, deja de serlo para transformarse en algo temerario, con chances azarosas de triunfar. Por el contrario, aquello con bases firmes en una estrategia, tienes las de ganar.
Este general chino aconsejaba examinar cinco aspectos estratégicos: método, clima, terreno, liderazgo y disciplina. Si traducimos esto a los negocios nos podemos sorprender de lo bien que se adapta.

El aspecto del método está muy claro, significa saber cómo es el camino o el “saber hacer” para lograr el objetivo.

El clima sería el entorno de los negocios, es decir las condiciones del mercado, los aspectos políticos y económicos, por citar a los más importantes.
Luego aparece el liderazgo, que en los negocios, como en otros órdenes de la vida, parte de una visión potente que contagie entusiasmo, fuerza y adhesión de quienes la siguen.

Por último está la disciplina, es decir la alineación de los recursos humanos tras la visión y el método para lograr la meta, sin flaquear, y con una constancia a prueba de todo.

También Sun Tzu decía que la forma de tener las mayores chances de ganar la batalla era conocerse a sí mismo tanto como al enemigo, por lo tanto la recomendación es que, cuando nos embarquemos en un proyecto, hagamos un “check list” con estos cinco aspectos claves, tanto para nuestro proyecto como para los de los competidores. Si encontramos las respuestas y enfrentamos a nuestras debilidades, seremos valientes, si no, seremos sólo temerarios.

La valentía, la estrategia, y luego el método para aplicarla, es la única manera de darle verdadera fuerza a una visión. En el camino, se perderán algunas batallas, pero al final el éxito nos espera.

octubre 03, 2005

El nivel de pensamiento y los negocios

¿La forma general en que usted piensa influye sobre sus negocios? ¿Habrá un tipo óptimo o forma de pensamiento más efectivo?.
Para tratar este tema le proponemos que comience por conocer cuál es su tipo de pensamiento.
Supongamos la siguiente situación: su negocio se está expandiendo. Debe montar un sistema de distribución, tomando decisiones tales como: zonas, oportunidad, perfil del distribuidor a elegir, etc.. ¿Cómo actuaría usted?


a) Toma las decisiones rápidamente, basado en su intuición y en todo caso en algunos datos muy prácticos y concretos del mercado.


b) Principalmente se apoya en su experiencia sobre el tema de distribución, en la de alguien de confianza u otras experiencias comparables de políticas de distribución.


c) Primero trata de entender como funcionan los sistemas de distribución, recurre a información sobre estudios de mercado, publicaciones, herramientas científicas de decisión, etc.


d) Confía mayormente en su don de entender la “esencia” del tema, cuál es el fondo, aunque no conozca particularmente el caso de distribución


e) Actúa tomando algo de todo lo anterior, según el caso.



Si la respuesta fue:


a) Usted tendría un pensamiento de tipo “Operativo”. Muy útil para funciones dónde lo importante sea la salida de situaciones de coyuntura, pero es poco efectivo a la hora de ver más lejos, globalmente, o a largo plazo, la situación.


b) Su pensamiento sería del tipo “Funcional”. Este pensamiento se agota en la medida en que la situación sea muy novedosa. De hecho, en los cambiantes mercados de hoy esta circunstancia es muy común y con frecuencia la experiencia propia o ajena no es suficiente.


c) Su tipo de pensamiento sería “Científico”. Lo bueno es que se puede enfrentar a situaciones totalmente nuevas y salir airoso, pero, en contrapartida, no siempre existe el tiempo o las respuestas científicas a la hora de tomar decisiones empresariales.


d) Se trataría de un pensamiento de tipo “Conceptual”. Este pensamiento, por definición, es global, general, capaz de explicar situaciones muy diferentes llegando al fondo, al por qué. No obstante, a veces es incapaz de resolver problemas coyunturales que sean muy prácticos.


e) Sería el tipo de pensamiento “Estratégico”. Este pensamiento integra los pensamientos anteriores. Se adaptaría a cualquier situación y encontraría la mejor respuesta.

Todos tenemos desarrollados en mayor o menor medida los distintos tipos de pensamiento. Sin embargo, quien emplee el Pensamiento Estratégico, tendrá las mayores posibilidades de éxito.
Usted puede desarrollar y practicar este pensamiento, sólo dependerá de su necesidad personal y de su capacidad de aprendizaje.
Hasta pronto.