octubre 21, 2010

Formación, subvenciones y...


Un par de preguntas para empezar:

  • ¿Cuántos millones de Euros se gastan en España en subvencionar formación en las empresas?
  • ¿Cuál es el grado de efectividad?


Seguro que la respuesta sobre el gasto está en algún lado. Serán X millones y estará registrado.
¿Alguien me ayuda a conocer este dato? Gracias.

Vamos a la segunda pregunta, la efectividad.
Aquí dudo que alguien tenga buenas cifras. Pero por favor, no me vengan con la historia de las “encuestas de satisfacción”.
Vale, estas encuestas sirven para medir ciertas cosas útiles para mejorar (si se toman en serio, claro), pero no sirven para medir la efectividad.

La única forma de medir si la formación sirvió para algo es a través de los resultados, lo demás…

Los resultados serían, por ejemplo: ¿El equipo comercial aumentó las ventas? ¿Ha crecido la productividad? ¿Ahora tenemos mejor calidad? ¿Estamos fidelizando clientes gracias  al curso de “atención al cliente” y cuántos? Etc. Etc.

¿Alguien mide esto?

Preocupante, creo que se invierten muchos millones y no se sabe a ciencia cierta cuál es el Retorno de la Inversión.

¿Tal vez los organismos y administraciones que están en esto deban hacer primero ellos un curso sobre “Retorno de la Inversión”, “Inversión productiva” o algo así?

Estaría encantado de que alguien me demostrara que no tengo razón.

Para pensar.
Hasta pronto.

octubre 12, 2010

Redactar bien para vender más

El arte de escribir no ha desaparecido, lo que ocurre es que, como muchas otras cosas, ha cambiado.

Me quiero referir en este caso al área comercial de las empresas. Con demasiada rapidez decimos “…se lee cada vez menos”. No estoy de acuerdo, creo que los jóvenes actuales leen más que nosotros y que nuestros padres. Es cierto que leerán menos libros en papel, pero el caudal de información escrita que reciben e intercambian, a través de las famosas tecnologías de la información y comunicación (léase móvil e internet) es enorme. Me podréis decir que la gramática, la sintaxis… tenéis razón, pero ese es otro tema.

Sigamos con la idea de reflexionar sobre este tema de la escritura en las tareas comerciales. Aquí también estoy convencido que los vendedores de hoy necesitan saber escribir bien, aún  más que antes. Pensemos en años atrás, los vendedores se valían casi exclusivamente de la palabra, raramente escribían cartas o notas a sus clientes. Sin embargo, actualmente ¿cuántos e-mails tienen que escribir al día?
Habrá que pensar entonces en entrenar a los “nuevos comerciales” en la habilidad de saber redactar textos vendedores. No obstante poco o nada se ve de esto en los cursos tradicionales de técnicas de venta. La mayoría se han quedado en el estereotipo, cada vez más antiguo, del vendedor con mucho “palique”. No digo que no siga vigente la palabra como medio de persuasión, pero ya no es suficiente.

¿Qué elementos debe tener un texto persuasivo?
Podríamos profundizar mucho en temas y casos interesantes, pero por lo pronto recurriré al conocido y socorrido método AIDA (Atención, Interés, Deseo, Acción). Se reconoce fácilmente este método en los textos de marketing directo y anuncios publicitarios, pero se olvida en los textos comerciales. Definiendo a éstos como aquellos que un comercial pueda escribir a sus clientes o prospectos

Un rapidísimo repaso al método. El encabezado del texto deberá llamar la atención, y la mejor forma será con el beneficio principal. Luego seguirá el desarrollo del texto manteniendo el interés, repitiendo y ampliando el beneficio o incluyendo otros. Será importante también añadir en este cuerpo del texto garantías o referencias de nuestro producto/servicio. Si hemos hecho bien esta tarea ya habremos provocado el deseo. Queda el “empujón” final: llamar a la acción del lector. Esto se logra muy bien, por ejemplo, poniendo plazos de vigencia (…hasta el día…), beneficios que se agotan, una llamada telefónica del vendedor para tal día (este último caso crearía más expectación que acción, pero funciona bien como cierre).

Obviamente no pretendo que esto sea una lección, ni mucho menos, pero sí provocar el interés de preocuparse por aplicar aunque sea el tradicional, humilde, pero efectivo AIDA.

Para pensar.
Hasta pronto.

octubre 04, 2010

Oportunidad o caída

Esta disyuntiva de oportunidad o caída es una constante en la historia el mundo y, por qué no, de las empresas, sectores económicos, mercados y varios etcéteras más.

Habrá muchas respuestas, pero hay un factor común: la visión de futuro frente al problema.

Ilustremos con ejemplos:

Uno antiguo: “Los ordenadores terminarán con las máquinas de escribir”

¡Muchos no lo vieron!

Uno muy actual: “Las Tecnologías de la información y comunicación serán el final para los periódicos”

¿Qué diremos dentro de … no muchos años?

La visión que se tenga del futuro genera una actitud y como consecuencia una estrategia. Supongamos que frente al dilema de la máquina de escribir alguien hubiera dicho: “La máquina de escribir nunca desaparecerá, nos superaremos y haremos la mejor del mundo”. (¿tal vez Olivetti?)

En el primer caso, la consecuencia la ha dictado la historia, queda por ver quién supera el desafío en el mundo del periodismo. Ese desafío actual se define como: barato, portátil, simple, entretenido, impactante, versátil…

… hablamos de los “tablets”, carrera iniciada con el iPad.

Pero claro, no sólo basta con adivinar lo que vendrá, sino en ser el primero y el mejor.

La realidad se impone frente a las distintas verdades o mejor dicho “visiones”. Oponerse al futuro y las tendencias solo lleva a la caída. La adaptación es la regla.

¿Cómo estamos con nuestra empresa? ¿Confiamos en que volverán los buenos tiempos? ¿Tal vez el negocio inmobiliario…? Hummm.

Para pensar.

Hasta pronto.